El Parque

El parque de Villa Torlonia, situado en el límite norte entre el II y el III Municipio, con una superficie total de aproximadamente 132.000 m²,
tiene una historia rica y compleja desde el punto de vista de la función histórico-social, pero sobre todo por la evolución que ha marcado sus caracteres paisajísticos.

El Parque

En sus primeras etapas, esta zona perteneció a la familia Pamphilj (desde finales del siglo XVII hasta mediados del XVIII), y su uso principal era agrícola, como ocurría habitualmente en la Vía Nomentana y en otras áreas cercanas a las murallas de la ciudad. Alrededor de 1760, la propiedad pasó a ser de los Colonna, pero esta transacción no alteró significativamente la configuración del terreno, que mantuvo su carácter de «viñedo».
Sin embargo, hacia finales del siglo XVIII, muchas de las fincas a lo largo de la Vía Nomentana, ricas en huertos, viñedos y cañaverales, empezaron a transformarse en suntuosas residencias.

Giovanni Torlonia adquirió la propiedad de los Colonna en 1797, marcando el inicio de la transformación de la finca de residencia rural a villa lujosa y compleja distribuida en diversos cuerpos arquitectónicos temáticos, rodeados de vegetación.
Villa Torlonia presenta una estructura planimétrica diversa, que refleja las diferentes visiones de los arquitectos y paisajistas que trabajaron en ella a lo largo del tiempo: la intervención de Valadier, arquitecto de la villa para Giovanni Torlonia (finales del siglo XVIII - primeras décadas del XIX), en la parte norte del parque, se caracteriza por un diseño tradicional con avenidas rectilíneas y simétricas bordeadas de encinas, de las cuales todavía existen vestigios cerca del palacio principal. Poco después, Giovan Battista Caretti añadió elementos arquitectónicos inspirados en antiguas ruinas romanas en esta zona norte, que daba a la Vía Nomentana, muchos de los cuales fueron retirados tras la ampliación de la Nomentana a principios del siglo XX.  En cambio, la disposición de la zona sur refleja el gusto escenográfico de Alessandro Torlonia, quien encargó en 1839 a Giuseppe Jappelli, paisajista véneto, la ampliación del parque. Jappelli introdujo senderos libres y sinuosos salpicados de construcciones exóticas y fantasiosas, dotando al paisaje de una imagen romántica, en línea con el modelo de jardín «a la inglesa».

Durante la residencia de Mussolini en la villa (1925-1943), el jardín fue escenario de eventos deportivos y sociales, pero también fue alterado por la introducción de huertos de guerra: cultivos de trigo y patatas y corrales para gallinas y conejos, que devolvieron a la Villa una faceta rural que ya había quedado atrás. La decadencia del parque se agravó aún más durante la Segunda Guerra Mundial, con la ocupación militar angloamericana, que provocó modificaciones y daños generalizados en todo el complejo.

Cuando Villa Torlonia se abrió al público en 1978, se encontraba en un estado de extrema degradación debido, entre otras cosas, a décadas de abandono, lo que hizo necesaria una intervención significativa de restauración ambiental y arquitectónica por parte de la administración pública.

En la entrada principal de Villa Torlonia se encuentra el primer mapa táctil de las Villas Históricas, una nueva herramienta inclusiva dentro del proyecto de accesibilidad del programa «Museos para tocar». 
Este mapa se ha diseñado para acoger y orientar al público con discapacidad visual, siguiendo el enfoque de inclusión que se ha adoptado recientemente.