La Casina delle Civette

La Casina delle Civette (Casa de las Lechuzas), residencia del príncipe Giovanni Torlonia Jr. hasta 1938, año de su muerte, es el resultado de una serie de trasformaciones realizadas en la decimonónica Capanna Svizzera (Cabaña Suiza) que, situada en un extremo del parque y escondida tras una colina artificial, constituía en su origen un lugar de evasión con respecto a la oficialidad representada por la residencia principal de la villa, el palacio o Casino Nobile.

Ideada en 1840 por Giuseppe Jappelli bajo el encargo del príncipe Alessandro Torlonia, se presenta como un edificio rustico con paramentos externos en piedra y las paredes internas pintadas a tempera imitando rocas y madera.

La Casina delle Civette
La Casina delle Civette

Los dos edificios que conforman hoy el complejo arquitectónico, la casa principal y la dependance, unidos entre sí por una pequeña galería de madera y por un pasadizo subterráneo, casi nada tienen que ver con el romántico refugio con aire alpino ideado en el siglo XIX por Jappelli, de aquella primigenia construcción podemos observar la estructura mural de los dos cuerpos del edificio dispuestos en “L” que le otorgan ese carácter rustico y el uso de diversos materiales constructivos siempre visibles.

Así, antes de 1908, la Cabaña Suiza comenzó a sufrir una progresiva y radical transformación tutelada por el nieto de Alessandro, Giovanni Torlonia Jr., asumiendo el aspecto y la denominación de “Villaggio Medioveale”; las labores fueron dirigidas por el arquitecto Enrico Gennari y el pequeño edificio se convierte en una refinada residencia con grandes ventanas, pórticos, torres, decorada con cerámicas y vidrieras policromas.

Desde 1916 el edificio comenzó a ser denominado como “Villino delle Civette” por la presencia de la vidriera con dos lechuzas estilizadas entre ramas de hiedra, realizada por Duilio Cambellotti en 1914, y por la repetición, casi obsesiva, del tema de la lechuza en la decoración y mobiliario, deseada por el príncipe Giovanni, hombre extravagante y amante del simbolismo esotérico.

En 1917 el arquitecto Vincenzo Fasolo añade las estructuras de la parte meridional de la casa, elaborando un fantástico aparato decorativo dentro del estilo Liberty.
La impronta de Fasolo es reconocible en la elección de los volúmenes que se agregan y se cruzan tomando cuerpo en una gran variedad de materiales y detalles decorativos. Un elemento unificador de las múltiples soluciones arquitectónicas es la tonalidad gris que las recubre, para lo que se ha utilizado pizarra en lastras finas que se contraponen a la vivaz cromática de las tejas esmaltadas.

Los espacios internos, dispuestos en dos pisos, están particularmente cuidados; la decoración pictórica, estucos, mosaicos, cerámica policroma, la madera, el hierro batido, el papel de la pared, las esculturas en mármol…etc, nos muestran la tendencia del príncipe por el confort.

Entre la multitud decorativa la presencia de las vidrieras conforma la característica principal del edificio: las vidrieras serán instaladas entre el año 1908 y 1930 y constituyen un “unicum” en el panorama artístico internacional, todas ellas realizadas en el laboratorio de Cesare Picchiarini bajo los diseños de Duilio Cambellotti, Umberto Bottazzi, Vittorio Grassi y Paolo Paschetto.

La decadencia del edificio comenzó en 1944 con la ocupación por parte de las tropas anglo-americanas por un período de tres años.
En 1978 el Ayuntamiento de Roma adquiere la villa y todos sus edificios, en esos momentos en condiciones desastrosas.

El incendio de 1991 agravó las condiciones de degrado de la Casina delle Civette, unido a los robos y actos vandálicos.
La imagen actual de la Casina delle Civette es el resultado de un largo y meticuloso proceso de restauración, comenzado en 1992 y terminado en 1997, en el que se ha intentado conservar y restaurar todos los elementos que conformaban el edificio ayudándose de las fuentes documentales existentes se ha podido restituir a la ciudad de Roma uno de los más singulares e interesantes edificios del siglo pasado.